Ficciones
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Comienza la aventura.[]

Tienes 20 años y has comenzado a trabajar en la agencia de detectivesHammett . Te llamas Joan Pons y tu jefe es el hermano de tu madre, o sea tu tío. Lejos de ser una ventaja es un auténtico suplicio para ti, ya que los compañeros te miran mal, y tu jefe te exige más. Hoy estás un poco nervioso. Antonio Crespí, tu jefe-tio, te ha mandado llamar al despacho. Mientras te diriges allí estás repasando mentalmente lo que has hecho aquella mañana. Poner la cafetera, hacer fotocopias, pasar un informe a máquina, comprar el periódico...Es exactamente lo mismo que has hecho en los últimos quince dias. No se te ocurre nada que hayas hecho mal. Así que, ante la puerta de madera de roble suspiras profundamente, te armas de valor y entras a la cueva del tigre. Así es como llaman al despacho de tu tío los demás compañeros de trabajo.

Tu tío es un hombre fornido, con ligeras entradas y el pelo de un gris indefinido. Tiene la mandíbula cuadrada y los rasgos muy acusados. Hay algo inquietante en sus manazas. Tu madre te contó que cuando Antonio era joven había practicado boxeo de forma semi-profesional. Incluso había ganado algunos trofeos. Antonio está examinando una carpeta con un montón de papeles dentro.

-Siéntate.-Te pide sin siquiera levantar los ojos de los papeles. Te sientas y te quedas a la espera de que termine lo que quiera que esté haciendo. El silencio es total y solo se oye el tic-tac de un reloj de pared antiguo y muy vistoso que cuelga a la izquierda de la enorme mesa de madera. Intentas no ponerte nervioso, pero es imposible. En el fondo piensas que tu tío lo hace adrede, no hacerte el menor caso para que te coman los nervios. Así que, te quedas allí, quieto, sentado, a la espera de que te diga algo.

Al fin, después de lo que te ha parecido una eternidad, tu tío levanta la vista de la carpeta y fija en ti sus enormes ojos grises. Es como si el Dios de la tormenta te estuviera contemplando. Te rebulles inquieto en la silla.

-Tengo un caso para tí.-Te dice como si tal cosa.

El corazón comienza a latirte con fuerza. ¡Un caso¡.  Abres los ojos y los oídos dispuesto a embeberte de todo lo que te diga. Esta es la oportunidad que has estado esperando durante estas dos últimas semanas. Para esto es para lo que has aguantado los chascarrillos del personal, la mala leche de tu tío, y la cháchara didáctica de tu madre.

-Es un caso sencillo. Ni que decir tiene que espero que no la cagues. Un industrial vino ayer a verme. Sospecha que su hija está en metida en lios de drogas. Son gente pudiente y quiere saber que es lo que hace su niña cuando sale de casa. Eres de su misma edad, así que he pensado en ti como el mejor candidato. En esta carpeta están todos los datos. Espero que te la estudies al dedillo.

Te alarga la carpeta que tu coges ligeramente tembloroso. Tu tío te examina con ojos críticos.

-¿Estás bien?. Pareces un poco paliducho.

Le dices con la voz temblorosa por la emoción que estás mejor que nunca. Tu tío incrédulo mueve la cabeza.

-Es tu primer caso. No te hagas el valiente. No tomes la iniciativa. Si necesitas cobertura de cualquier tipo solicitala. En el tiempo que llevas aquí imagino que habrás aprendido un poco de como funciona todo esto. Nani se está encargando de matricularte en la universidad para unos cursos de criminologia. Necesitas una coartada, aunque ya que estás aprovéchalos. Quiero que vayas allí, la busques y te introduzcas en su círculo de amigos. Por supuesto, todas las noches me llamarás por teléfono y cada dos dias quiero un informe completo de todas sus actividades.

Estás un poco confundido.

-¿Cursos de criminología?. ¿Pero no tengo que vigilar a la chica?.

Tu tío te mira como si fueras una cucaracha delante de su zapato.

-La chica va a la universidad tarugo. En las horas que está en clase tú vas a ir a clase también. Necesitas una buena coartada. ¿Tienes alergia a estudiar o que?.

Niegas con la cabeza, aunque en el fondo, estudiar y todo lo que ello implica se te atraganta.

-Bueno. ¿Aceptas el trabajo o que?. No tengo todo el día.

Miras la carpeta y miras a tu tío...

Opciones:[]

Opción 1: Aceptas y os estrecháis la mano con fuerza.

Opción 2: Le dices a tu tío que se meta su trabajo por donde le quepa.

Opción 3.No estás seguro. Necesitas más información.

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